Baby Club La
Revista Virtual de la Primera Escuela
NORMAS
DE SEGURIDAD
QUE
EL NIÑO SEPA NADAR NO EXCLUYE LA VIGILANCIA RESPONSABLE
ADULTA
Piscinas
Vigila constantemente a los niños cerca del agua,
sepan o no nadar.
Busca
primero a tu hijo en la pileta si no lo encuentras.
Prevé que el adulto que queda a cargo de los niños
sepa nadar y conozca las normas elementales de rescate.
Abstente de rescatar a alguien que ha caído al
agua si no sabes nadar a menos que puedas acercar un salvavidas
o vara. De lo contrario corre a pedir auxilio.
Coloca
al lado del teléfono y en forma visible los números
de EMERGENCIAS y enseña a los niños a realizar
esos llamados apenas tengan edad para comprender.
Evita
colocar flotadores a tus hijos. Es preferible sostenerlos
en brazos. Los flotadores no solo son ineficaces ante
un accidente sino que pueden provocarlo al desinflarse
o invertirse dejando a los niños con la cabeza
sumergida. Muchos accidentes fatales se producen cuando
los pequeños se arrojan al agua creyendo tener
los flotadores colocados.
Distingue los flotadores. Éstos no deben confundirse
con los salvavidas que tienen aprobación de la
Prefectura Naval Argentina u organismos similares en otros
países y llevan su sello. Los demás son
peligrosos juguetes que facilitan los accidentes.
Evita
la inmersión completa de los niños que no
han aprendido a controlar su respiración bajo el
agua, pues esta puede ser aspirada y pasar a los pulmones,
con graves consecuencias. Procura que aprendan esa técnica
en cuanto sea posible.
Prohíbe,
sin excepciones, los empujones y juegos de manos en el
agua. Es difícil saber cuando se convierten en
un peligro. Cuando alguien pierde el equilibrio en el
agua, se aferra a quien está cerca y ambos suelen
caer sin poder resolver como salir nuevamente a superficie.
Prohíbe las carreras alrededor de la pileta (causa
de resbalones y trágicas caídas)
Prohíbe los gritos. Estos pueden ocultar un pedido
de auxilio e impedir un salvataje oportuno. Naturalmente
los mayores deben dar el ejemplo, pues los niños
imitan rápidamente actitudes de euforia ilimitada
confundiendo diversión y alegría con descontrol.
Evita
juegos peligrosos: como presionar a alguien bajo el agua
para que no salga a superficie.
Confía solamente en profesores con título
e idoneidad y evita así que tus hijos sufran daño
emocional o físico. Asegúrate de la veracidad
de los datos que te proporcionan. Quienes trabajan con
bebés o niños pequeños deben capacitarse
especialmente y acreditar estudios. Los profesores no
especializados no pueden ejercer Matronatación.
Coordina
con claridad quién se hace cargo de la vigilancia
cuando varios adultos comparten la piscina con los niños.
Muchos ahogamientos se producen porque alguien relaja
la atención creyendo equivocadamente que otro está
cuidando al niño.
Controla
dónde están tus niños en “countries”
y barrios donde hay varias piletas cercanas, constatando
su presencia No te limites a observar el propio espejo
de agua, muchos ahogamientos se producen en piletas vecinas
en propiedades no cercadas a que los niños pueden
acceder solos o jugando con amiguitos sin advertir a sus
padres que se alejan de casa.
Exige
sin excepción a los niños pedir autorización
a los mayores para ingresar al agua bajo su cuidado, convirtiendo
esto en una costumbre. Castiga severamente (aunque te
de pena o haga mucho calor) las fallas a este pedido de
permiso prohibiendo a los “infractores” la
entrada a la pileta por esa mañana o esa tarde.
Esta es una manera eficaz para evitar travesuras que puedan
terminar en una desgracia. Habitualmente basta una sola
penalidad para que el niño no repita.
No caigas en la tentación de tomar sol mientras
cuidas a los niños en el agua.
Controla
siempre el buen sostenimiento del bebé especialmente
si se han aplicado bronceadores o cremas.
Evita
la entrada al agua luego de haber ingerido una comida
abundante.
Evita
la entrada al agua luego de haber consumido bebidas alcohólicas
en exceso.
Evita
dormir sobre las colchonetas flotantes quedando a la deriva
y sin vigilancia.
Evita
subir a grandes inflables (cocodrilos, ballenas etc)o
plataformas flotantes cerca de los bordes del natatorio
ya que una caída inesperada puede provocar un golpe.
Observar
la antigua regla de pedir las uñas pulidas y no
exageradamente largas para proteger los ojos de los bañistas.
Vigila
especialmente el espacio acuático bajo grandes
colchonetas o islas inflables, donde puede quedar atrapado
un niño sin la suficiente habilidad para buscar
la superficie libre del agua. Una vez utilizados no dejes
estos elementos en la piscina pues se perjudica la visión
del fondo dificultando el cuidado.
Enseña
a los niños a pedir socorro gritando en alta voz,
sostenidos desde el borde de la pileta no les permitas
en adelante jugar con falsos pedidos de auxilio.
Evita
los gritos y alta música en el ámbito de
una piscina durante una fiesta bulliciosa a la cual están
también invitados los niños, porque en esta
confusión sonora se pierde fácilmente una
voz de auxilio.
Asegúrate
sobre la responsabilidad de los profesionales dedicados
a la vigilancia y llamar la atención si se los
advierte distraídos, dormitando o dedicados a la
lectura u otra actividad. Los buenos profesionales jamás
bajan el nivel de su estado de alerta aunque en apariencia
el natatorio sea “tranquilo” o haya escasas
personas. La contratación de guardavidas debe asegurar
una vigilancia continua sobre el espejo de agua y sus
alrededores. Las instituciones como sus usuarios, deben
ser exigentes a punto máximo con esta prestación
de servicios.
Respeta
y haz respetar las indicaciones del guardavidas
Prohíbe
a tus niños saltar de pie o abrazando las rodillas
con las piernas flexionadas, desde el borde de la pileta.
Es peligroso para ellos porque pueden caer mal y golpear
su cabeza contra el borde. También es peligroso
para otros nadadores que pasan bajo el agua sin ser advertidos.
Recuerda que los niños no poseen aún la
capacidad para relacionar lo que perciben y la velocidad
relativa de alguien que avanza en nado subacuático,
arrojándose en el momento inadecuado, creyendo
que el agua está libre y el nadador lejos. Varias
personas han quedado cuadripléjicas a causa de
un trauma medular por estas causas.
Prohíbe la siniestra broma arrojar al “distraído”al
agua mientras permanecía tranquilamente sentado
o acostado al borde del agua. Gran número de personas
han perdido su oportunidad de gozar de los beneficios
y el placer de estar en del agua a raíz de esta
negativa experiencia.
Evita
hacer pirámides en la pileta. Ha habido casos de
ahogamiento con niños que conformaban la base y
no pudieron avisar sobre la extinción de su resistencia
respiratoria y el hecho no fue advertido por los otros.
Vigila
el tobogán cuando los niños lo abordan.
Jugar con toboganes que deslizan al agua o están
dentro de ella exige en el caso de los niños un
control seguro por parte de los adultos pues se trata
de una actividad muy recreativa pero no debe olvidarse
la solidez del elemento y la posible impericia de los
pequeños tanto al subir como al arrojarse. La tabla
del tobogán debe estar mojada cuando alguien desliza
por ella. Las tablas secas pueden provocar escoriaciones
en la piel.
Cuida
que en el trampolín todos se lancen sobre el agua
libre y vigila estrictamente el área bajo el mismo.
Permite solo un niño por vez que utilice la tabla
del trampolín, evitando que el rebote del saltador
provoque en otros caídas inesperadas. Prohibir
terminantemente empujar al indeciso parado en el borde
de la tabla.
Evita
bañarte en piscinas al aire libre mientras llueve
y en especial durante tormentas eléctricas por
el peligro de los rayos.
Quítate
primero el calzado antes de intentar nadar si has caído
al agua con ropa. Desvístete sumergido si tienes
ropas incómodas que te obstaculicen patear y bracear,
considera si te conviene transportar la ropa y secarla
en la orilla o dejarla. Recuerda que intentar quitarse
la prenda con la cabeza afuera del agua demora más
y desgasta mucha energía. Es más fácil
hacerlo totalmente sumergido.
Espera tres segundos si no ves al niño en caso
de caída accidental para comprobar si flota acercándose
a la superficie, de lo contrario entra rápidamente
al agua por las escaleras o el borde de la pileta.
Baja
suavemente al agua y no te arrojes de cabeza para salvar
a tu hijo, ya que el cuerpo del adulto en zambullida desplaza
una gran masa de agua con fuerza y esto puede alejar al
niño del lugar donde se lo ha visto caer, dificultando
su rescate. Vale la pena perder dos segundos y bajar sin
agitar el agua.
Utiliza
las formas de transporte practicadas en la pileta en caso
de caer al agua con un niño o tener que rescatarlo.
Mientras el niño se sostiene por sí mismo
tomado del cuello o ropa del adulto, podrás nadar
mejor y más rápido braceando libremente.
De lo contrario sostén al niño con su cabeza
fuera del agua y tratar a la vez avanzar.
Prefiere
trajes de baño rojo o naranja ya que se visualizan
fácilmente aún en aguas turbias.
Evita
nadar de noche en piscinas que no estén bien iluminadas.
Coloca
luces de emergencia en los natatorios en los que se utiliza
luz artificial, previniendo un corte inesperado de energía.
Evita
bañarte en aguas de dudosa calidad sanitaria. Un
agua transparente no asegura que esté bajo control
bacteriológico y puede estar contaminada. Son necesarios
los análisis de laboratorio periódicos para
verificar la pureza del agua. Evita
piletas de dudoso control higiénico y sanitario
porque son causa de serias infecciones y enfermedades.
Dermatitis varias, la llamada “otitis de pileta”
, irritaciones en la piel y mucosas a causa del mal nivel
de cloración y PH son absolutamente evitables en
una piscina con agua prolijamente controlada. El cloro
líquido es difícil de dosificar y su exageración
produce importantes molestias en los ojos de los nadadores
disminuyendo la seguridad que otorga una buena visión
(de por sí menor bajo el agua) En numerosos casos
es causa de conjuntivitis. Es imprescindible el control
médico de los usuarios y el baño higiénico
previo. Trata el agua por filtrado y controlar su pureza
con productos que no irriten la piel ni las mucosas. Controla
el nivel de cloro y el PH del agua por lo menos dos veces
al día. Exagera la higiene con agua clorada en
los sanitarios, las duchas y los vestuarios con niños
mayores o adultos.
Prohibe
a tus hijos entrar en una piscina cuyo fondo no sea perfectamente
visible. Las aguas turbias dificultan e impiden el éxito
de los salvatajes. Cuando tengan edad enséñales
a no hacerlo si concurren sin tu compañía
aunque otros lo hagan.
Mantén el agua cristalina todo el año, aún
cuando la pileta se utilice solo en verano.
Evita dejar en el agua juguetes u objetos que flotan en
la superficie. Esto atrae a las criaturas. Los inexpertos
se inclinan más allá de su ángulo
de equilibrio y caen sorpresivamente. Recuerda que la
cabeza y el tronco del niño son más pesados
que su cadera y piernas por lo cual una inclinación
mayor a 45° provoca inevitablemente una caída.
Deja libre el espejo de agua cuando la pileta no está
utilizándose. Enseña a tus hijos a guardar
juguetes y elementos antes de dar por terminado el uso
de la pileta.
Vigila el estado de los toboganes y de las tablas de los
trampolines.
Coloca arena o espumas (10 cm.de espesor) bajo la base
de las piletas plásticas o de lona para amortiguar
caídas.
Controla
y cuida la colocación de las rejas que obturan
filtros o tomas de agua subacuática.
Revisa que no haya roturas en el revestimiento de las
piscinas
Cuida
la no toxicidad de las pinturas que se utilicen en el
caso de pintar .
Presta
particular atención a la instalación eléctrica
y a la conexión en la piscina. Los equipos deberán
estar adecuadamente protegidos por sistemas de corte,
en lo posible dobles (por si alguno fallara). Es indispensable
conservar actualizado el mantenimiento. El equipo deberá
estar fuera del alcance de los niños que, como
se sabe, son atraídos por llaves y botones.
Coloca una red de protección sobre la piscina sin
uso. Los cercos no son del todo útiles como protección
porque trepar sobre ellos es una travesura común
en la infancia (ver instalaciones).
Respeta
la vida. Jamás nades solitariamente ni permitas
que tus hijos lo hagan. Un shock causado por un brusco
cambio de temperatura, un calambre inoportuno, un momentáneo
disturbio emocional son causas frecuentes de accidentes
en el agua.
Recuerda: El nadador seguro jamás nada solo.
Aprende las maniobras de resucitación cardiopulmonar
y enséñalas a los niños por encima
de los 12 años.
Hogar
Enseña a tu hijo a nadar cuanto antes. Los niños
pueden aprender a nadar desde los doce días de
vida con autorización del médico pediatra
familiar.
Vigila el baño diario. Jamás dejes a tu
niño solo en la bañera doméstica.
Un niño pequeño puede ahogarse en 30 cm
de agua en pocos segundos.
Prepara todos los elementos de higiene (jabón,
champú, esponja, toalla) antes de sumergir al niño
en la bañera.
Deja sonar el teléfono o el timbre si estás
bañando al niño, o quítalo de la
bañera si atiendes el llamado.
Evita
responsabilizar a los niños por la vigilancia en
el baño diario. Los niños no deben cuidarse
entre sí. Es un error grave y muy frecuente dejar
al hijo más pequeño al cuidado de sus hermanos
mayores en la bañera.
Responsabilízate por el cuidado de tus hijos u
otros niños a tu cargo cuando están en el
agua o cerca de ella.
Vigila
y no te confies cuando los niños se refrescan en
aguas pequeñas( baldes o fuentones) porque allí
mismo pueden ahogarse.
Cubre
los inodoros. Han sufrido infortunios fatales pequeños
que se acercaron a jugar con el agua y resbalaron cayendo
dentro de aquellos sin poder librarse de esta situación.
Aprende
las maniobras de resucitación cardiopulmonar y
enséñalas a los niños por encima
de los 12 años.
Aguas
abiertas
Evita
zambullir o arrojarte en aguas desconocidas. El fondo
puede estar más cerca o más lejos de lo
que supones. Puede haber rocas, elementos cortantes u
otros peligros. Una exploración previa se hace
necesaria. Las aguas transparentes pueden engañar
a la percepción a la hora de considerar la cercanía
o lejanía de aquello que está sumergido.
Respeta las señales de peligro en la playa o mar
adentro. No burles la protección exponiéndote
inútilmente al ahogamiento.
Evita
acampar cerca de un curso de agua sin informarte primero
acerca de las crecientes.
Acepta
en ríos o arroyos la opinión de los lugareños.
Ellos conocen el carácter de la corriente en cada
época del año. Algunos ríos engañan
con su mansedumbre y cambian sin dar tiempo a reaccionar.
Transporta
la ropa seca sobre la cabeza si debes vadear un curso
de agua en repentina crecida. Es importante hacerlo cuidadosamente
para poder disponer de ropa seca del otro lado de la corriente.
Asegúrate sobre la responsabilidad de los profesionales
dedicados a la vigilancia y llamar la atención
si se los advierte distraídos, dormitando o dedicados
a la lectura u otra actividad. Los buenos profesionales
jamás bajan el nivel de su estado de alerta aunque
en apariencia el natatorio sea “tranquilo”
o haya escasas personas. La contratación de guardavidas
asegura una vigilancia continua sobre el espejo de agua
y sus alrededores. Las instituciones como sus usuarios,
deben ser exigentes a punto máximo con esta prestación
de servicios.
Respeta
y haz respetar las indicaciones del guardavidas.
Utiliza bajo especial vigilancia barrenadores, botes,
tablas y flotantes preparados para avanzar en el agua,
con el impulso de las olas. Cuando el usuario está
dormitando o distraído puede ocurrir un involuntario
alejamiento.
Lee
atentamente las instrucciones que deben estar en el asiento
de cada pasajero en los vuelos que cruzan el mar u océano.
Consulta cualquier duda acerca de las emergencias acuáticas
al personal de la tripulación.
Evita
nadar mientras llueve y en especial durante tormentas
eléctricas por el peligro de los rayos.
Respeta
las indicaciones acerca de la indumentaria adecuada según
el deporte elegido para evitar hipotermia en caso de accidente.
No
ingreses en aguas con muy bajas temperaturas. Algunos
cursos de agua y especialmente lagos de zonas australes,
son muy fríos pudiendo producir hipotermia grave
y posterior ahogamiento. Si bien en algunos casos las
aguas heladas evitan el rápido deterioro cerebral
por la falta de oxígeno y han resultado algunos
rescates exitosos después de algunos minutos de
inmersión, esto no debe estimular la confianza
para bañarse en aguas desaconsejadas.
Evita
transitar , patinar o practicar otros deportes sobre agua
congelada es muy riesgoso porque las capas de hielo suelen
no ser del mismo espesor y en algunos casos son horadadas
por animales acuáticos o debilitadas por cambios
climáticos.
Nunca nades solitariamente. El nadador seguro jamás
nada solo.
Aprende las maniobras de resucitación cardiopulomonar
y enséñalas a los niños por encima
de los 12 años.
Navegación
Navega
solamente si sabes nadar.
Aprende
las técnicas elementales de supervivencia y a nadar
tan pronto como te sea posible.
Exige
en la navegación que los niños y adultos
usen, indefectiblemente, el chaleco náutico salvavidas
que, por sus características reglamentadas, es
muy seguro ante un naufragio o chapuzón inesperado.
Testea la efectividad del chaleco en una pileta antes
de tener que utilizarlo en una emergencia. En cada país
existen organismos de Prefectura Naval que determinan
las normas reglamentarias para chalecos y accesorios seguros.
Verifica
que la embarcación posea los suficientes elementos
auxiliares para el salvataje y en las condiciones necesarias
(botes, chalecos salvavidas, extinguidores). Mundialmente
el Capitán de la nave tiene obligación de
satisfacer esta inquietud de los pasajeros. Exije el simulacro
de colocación de los elementos de autoayuda y consulta
acerca de la situación de los niños.
Respeta
las indicaciones acerca de la indumentaria adecuada según
el deporte elegido para evitar hipotermia en caso de accidente.
Respeta la vida. Jamás nades solitariamente, ni
permitas que tus hijos lo hagan. El nadador seguro jamás
nada solo.
Aprende
las maniobras de resucitación cardiopulmonar y
enséñalas a los niños por encima
de los 12 años.
Buceo
No
bucees sin haber recibido un entrenamiento previo que
te provea de conocimiento y seguridad técnica.
Verifica
cuidadosamente el estado de todo el equipo y haz que lo
revise tu compañero de práctica.
Establece
el acuerdo corriente para los avisos de elevación
para las personas que quedan en la superficie.
Si
tu función es cuidar la seguridad de los que descienden,
no te distraigas ni un momento, y en caso de usarlo, no
pierdas de vista el cabo de vida.
No
bucees nunca en soledad.
Aprende las maniobras de resucitación cardiopulmonar
y enséñalas a los niños por encima
de los 12 años.
NORMAS DE PREVENCIÓN DEL ACCIDENTE Y SEGURIDAD
ACUATICA, elaboradas en la Primera Escuela Argentina de
Natación para Bebés.
PRIMERA ESCUELA ARGENTINA DE NATACION PARA BEBES Soldado de la Independencia 1352 (1426) Ciudad Autónoma de Buenos Aires
Teléfonos: (54)(11) 4785.5565 / (54)(11) 4783.3976
Horarios de consulta telefónica: Martes a viernes de 9:30 a 13:00 y de 16:00 a 19:30
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